«Pensó que lo iba a matar a su empleado o él». Eso fue lo que le dijo a la fiscal el ferretero de 42 años que mató a balazos a un ladrón al resistirse a un robo dentro de su ferretería en el barrio Villanueva de Zárate. Imputado por exceso en la legítima defensa, fue liberado este domingo.
La víctima resultó ser un vecino del barrio, que vivía a diez cuadras del comerciante. Rubén Darío Malvido (49), era padre de tres hijos, tenía antecedentes penales y un paso por prisión. Una fuente dijo que «era reincidente por cuarta vez» y «un delincuente conocido en la zona».
Fuentes judiciales indicaron que la autopsia realizada al delincuente muerto indicó que recibió siete disparos, con una dirección de atrás hacia adelante.
La fiscal Andrea Palacios, a cargo de la Unidad Fiscal de Instrucción N°7 del Departamento Judicial Zárate/Campana, indagó este mediodía al ferretero por el delito de «exceso en la legítima defensa y lesiones culposas», ya que uno de los disparos impactó en un vecino que esperaba para ingresar a la ferretería en la puerta.
TE PUEDE INTERESAR ESTA NOTA: El testimonio del cliente que esperaba ser atendido en la ferretería y recibió un balazo
Durante la indagatoria, el ferretero aseguró que disparó porque «pensó que iba a matar a su empleado o a él», indicaron las fuentes. Luego, la fiscal dispuso la excarcelación del imputado al considerarse que actuó en legítima defensa.
El caso
El hecho ocurrió el sábado al mediodía en el local de Pellegrini y José Ingenieros. El ferretero y su empleado atendían el comercio que, por la pandemia, sólo permite el ingreso de un cliente a la vez.
Malvido ingresó al local y, de acuerdo al testimonio brindado ante la Justicia por el trabajador, le apuntó al pecho con un arma, a muy poca distancia, y le exigió que le entregara dinero.
El empleado de la ferretería le dio una suma de dinero, pero al delincuente le pareció insuficiente, por lo que lo amedrentó y le pidió un monto mayor. Luego, le gatilló.
Fue entonces que el ferretero extrajo una pistola calibre 9 milímetros y comenzó a disparar: Malvido cayó muerto dentro del negocio.
Según las primeras pericias, el delincuente muerto tenía una réplica de una pistola de aire comprimido, cargada con balines similares a proyectiles de calibre .22.
En uno de los bolsillos de Malvido, los peritos hallaron los 5.000 pesos en efectivo que le había dado el empleado del local y que le parecieron poco.
«El delincuente tenía siete disparos en varias partes del cuerpo, como la espalda, muslos, brazos y mano. Todos eran con una dirección de atrás hacia adelante», dijo a la agencia de noticias Télam una fuente con acceso al expediente.