La situación de Garbarino se complica cada vez más. En medio de la incertidumbre sobre su futuro, y el hermetismo que maneja, la empresa profundiza su crisis. La cadena continúa cerrando sucursales y ahora se sumó el local de Zárate que fue inaugurado en el 2015.
También dejaron de operar otras sucursales en la provincia de Buenos Aires y el interior: San Martín, José C.Paz, La Plata, Mar del Plata, Rosario, Tucumán y San Juan, entre otras plazas.
En Zárate la sucursal estaba ubicada en calle Justa Lima casi independencia y como consecuencia de esta situación empleados de la cadena salieron a informar a la peatonal, generando una asamblea en plena calle Justa Lima exigiendo el pago de los salarios.
Se estima que, desde mayo a la fecha, ya cerraron, al menos, 40 sucursales de las 105 que le quedaron a Garbarino. La mayoría de las que sobreviven atienden en horario reducido, de 10 a 13 horas. Se estima que buena parte de las deudas que Garbarino tiene -que, según cálculos del sector financiero, superan los $ 10.000 millones- corresponde a retrasos en el pago de alquileres.