Una nueva modalidad crece y tus contactos están en riesgo. Cómo funciona, cómo evitarlo y qué hacer si ya te pasó.
“Hola! soy María, cambié el número de teléfono, agendame con este, el otro ya no lo tengo más”. Si recibís un mensaje parecido de alguno de tus contactos, dudá. Así es como comienza otra forma de estafa virtual que está circulando cada vez más en la Argentina.
El mensaje siempre viene de alguien que te tiene en su lista de contactos –amigo/a, conocido/a o familiar- y el texto no varía demasiado: esa persona te comunica que cambió su número y que borres el anterior. Nada te parece sospechoso porque un cambio de número puede ser cierto y, además, usa la misma foto de Whatsapp que tenía en el número anterior. Sin embargo, no va a pasar mucho tiempo hasta que tu contacto, o quien vos creés que es tu contacto, te pida algo como un préstamo de plata por una emergencia o, incluso, que te ofrezca cambiar dólares.
La víctima suele enterarse cuando ya es demasiado tarde y alguno de sus contactos cayó en la trampa y, la primera sospecha, es que alguien “hackeó” su Whatsapp.
Estafa virtual: ¿qué fue lo que pasó?
Así como con el apagón global de Whatsapp tampoco podíamos acceder a Instagram ni a Facebook porque es todo parte de la misma empresa y usan los mismos servidores, tus contactos del teléfono también. Cuando instalamos cualquier aplicación de mensajería instantánea nos pide, lógicamente, que le demos acceso a la agenda de contactos. Al hacerlo, estos empiezan a formar parte de la información que tiene la plataforma. Eso ocurre cuando instalamos Messenger, la aplicación para contactar a los amigos en Facebook y cuando instalamos Whatsapp. Es por esto que si un delincuente ingresa a tu red social, tiene acceso a tus contactos.
Estafa virtual: ¿cómo saber si te pasó?
Facebook tiene la posibilidad de revisar el historial de actividad y ver a través de qué dispositivo se accedió a la cuenta. Esto se hace en configuración y privacidad – configuración – seguridad y acceso.
Si hay alguna conexión sospechosa o que no podés recordar, lo más seguro es utilizar la opción de desconectar todos los dispositivos y cambiar la contraseña.
Estafa virtual: la contraseña no es suficiente
Muchas contraseñas son fáciles de adivinar o se pueden “crackear” con programas que se dejan corriendo intentando distintas combinaciones de letras y números hasta dar con la adecuada. Con esta información, es importante resaltar que mientras más larga sea la contraseña y más variedad de caracteres tenga, mejor. Dato: el espacio cuenta como un carácter. Una contraseña que diga velez94 es muy fácil, pero una que diga VeLeZ 94! o, aun mejor Campe0nes d3l Mund0 94! es muchísimo más segura.
Además de la contraseña, es indispensable contar con el famoso segundo factor de autenticación. Puede ser a través de una dirección de e-mail o a través de un código que se envía al celular cada vez que se intenta ingresar a la cuenta.
IMPORTANTÍSIMO: Casi todas las redes sociales tienen códigos que se generan por única vez y que se pueden ir renovando. Estos códigos sirven cuando no podemos acceder a nuestra cuenta por algún motivo extraordinario. Para conseguirlos, hay que ir al mismo lugar donde se configura el número de teléfono como opción de recuperación y debajo del número aparece la leyenda “generador de códigos”. Hay que guardar esa serie de números en algún lugar seguro, preferentemente físico. Sí, copiarlos en un papel y guardarlo, a la antigua. Con esos códigos es posible reestablecer una cuenta incluso cuando lograron vulnerar otras medidas de seguridad.
Existen otras opciones como los generadores de contraseñas y autenticadores como el de Google, el Duo o Bitwarden que siempre son útiles tener y que no está demás investigar un poco cómo se usan. Es un factor de seguridad extra que se recomienda para perfiles públicos o comercios que tengan una presencia muy fuerte en las redes.
(TN)