La familia de Adolfo Galeano, calificó como «abandono de persona» el destrato del personal médico que, aseguran, debe soportar en la clínica Santa Clara de Zárate.
Adolfo Galeano tiene 60 años y en el 2016 fue diagnosticado con Mielopatía lo que le impidió volver a caminar quedando en silla de ruedas. Su vida transitó en su domicilio con absoluta normalidad sometiéndose a sesiones de kinesiología, «una persona normal, sin pañales, sin problemas psiquiátricos, él comía solo, no podía caminar nada más» dijo Patricia Rotela en diálogo con Impacto Local.
«Los médicos de la empresa de internación domiciliaria ExtraMedica-Las Heras no trataron una infección urinaria que él tenía y después esa infección fue generalizada y el 29 de octubre ingresó a la Clínica Santa Clara, luego de ser trasladado por Semzar quienes lo atendieron muy bien» explicó Patricia.
En aquella oportunidad, Adolfo fue con urgencia a terapia intensiva «él entró sin ninguna lastimadura, sin ninguna escara y cuando sale el 14 de noviembre, le dan el alta totalmente inflamado, panza, pierna, pene, fue impresionante verlo todo hinchado, con pañales sin sensibilidad, sin fuerza, destruido, la pierna con trombosis, así me lo llevé a la casa».
Sin embargo en esas condiciones de salud, la familia señaló que el viernes pasado volvió a presentar problemas «tuvo fiebre y saturaba bajo, deciden desde Semzar llevarlo nuevamente a la Clínica, lo atienden y dos horas después le dan un diagnóstico de bronquitis y que estaba inflamado, los médicos nos dicen que iban a bajarle esa inflamación».
Además su esposa recordó «intento comprarle algo para comer pero desde la clínica me dicen que ya le habían dado, nos dicen que esta prohibido que familiares se queden a cuidarlo y entonces nos vamos. Al otro día volvemos para darle de comer al mediodía y mi marido dice que no le dieron el té, la enfermera dice que sí, pero después personal del comedor me comenta que no estaba ingresado en el menú de pacientes de la cocina, o sea que desde enfermería me mintieron, entiendo que hay dos enfermeras para tantos pacientes, pero lo lamento debería haber más».
Entre las irregularidades en la atención Patricia mencionó «el sábado no nos dieron el parte médico, no sabíamos qué tenía, cuando voy a verlo lo encuentro en una cama sin baranda, sin ventilador, sin aire acondicionado, con moscas y con el intenso calor de estos días, solamente ventana abierta». Además remarcó que Adolfo ya no podía mover sus brazos «cuando voy el domingo encuentro toda la mesa de luz mojada porque él había querido manotear su vaso y se volcó, con pañales, sin remera, la comida para los pies de la cama, si él no se puede mover ¿cómo puede agarrar su comida?».
El cuadro de salud de Adolfo empeoró durante el domingo ya que «tuvo diarrea a raíz de una hemorragia intestinal en la cama y el médico dice que tuvo neumoplasia, entonces hoy ya nos dicen que está bien ¿cómo puede ser que nos digan eso, acaso se curó solo?, no le dieron de comer, hoy lo vimos tirado en la cama, parecía un perro que tampoco se merece estar tirado».
Adolfo tiene 5 hijos y coinciden con la idea de trasladarlo a otro centro de salud pero «el médico que lo atiende en esta clínica, nos dijo que ellos no se hacen cargo del traslado que la familia tiene que buscar ambulancia, hospital y médico para autorizar el traslado».
Desesperadamente, la esposa de Adolfo pidió encarecidamente «que cambie la atención, que sean más humanos los profesionales porque estudiaron, hicieron el juramento hipocrático, sino les gusta o no tienen corazón que se retiren y hay abuelos internados que la están pasando mucho peor».