Gerardo y Florencia son una pareja de la localidad bonaerense que recorre diferentes
ciudades de la provincia de Buenos Aires en un ómnibus reconvertido en un motorhome.
Tienen 36 y 31 años respectivamente, y tres hijos: Rufino, de seis años; Margarita, de
cuatro; e Iruya, de 9 meses. Ambos dejaron sus actividades y tienen como único objetivo llegar hasta Alaska. La historia de esta familia se volvió viral.
Esta loca idea que cambió la rutina de la familia, surgió de la cabeza de Gerardo.
Durante el mediodía del 24 de diciembre de después de algunos vinos», Gerardo, en un
momento, se paró y dijo: «vamos a brindar porque con Flor nos vamos a recorrer hasta
Alaska”. “Ahí me enteré, hasta ese momento no sabía nada”, añadió su mujer, en diálogo con Infobae.
Antes de lanzarse a las rutas, Gerardo trabajaba como gerente de un banco en Junín, mientras que Florencia lo hacía en el Hogar María Aroza de Gomendio de San Pedro. La pareja comenzó su relación hace 12 años y compartió muchos escapadas, “siempre por vacaciones”, que no los dejaban del todo satisfechos. “En esos viajes que hacíamos sentíamos que quedaba sabor a poco, sentíamos que recién los últimos dos días antes de volver nos relajábamos. Uno no se puede desconectar”, coincidieron.
El cambio rotundo de su modo de vida se explica en dos sueños. Gerardo alucinaba desde hacía tiempo con la idea de vivir sobre ruedas, pero sentía que se le había pasado el tren.
Una vez decididos, lo primero fue conseguir el medio de transporte, que sería también su nueva casa. El tamaño del colectivo fue un dilema: al ver las experiencias de otras familias, pensaron en uno que tenga suficiente espacio y comodidades, pero no tanto. “Si es chico te permite entrar a la ciudad, a las plazas; en cambio si es más grande, es más difícil para estacionar”, se plantearon. Averiguaron por varios lugares y se enteraron de una posibilidad en Chivilcoy. Lo fueron a ver y les gustó. Invirtieron 300 mil pesos y, finalmente, lo compraron el 14 de abril de 2019. Le pusieron un nombre: Atahualpa.
El vendedor les resolvió gran parte del siguiente paso: “Era una persona que se dedicaba a armar motorhomes. Él hizo un 70 por ciento del armado. Después quedaron cosas que las fuimos terminando nosotros. Por ejemplo, le agregamos los paneles solares con los que generamos nuestra electricidad”.
La travesía empezó el 24 de noviembre pasado: “Ese día tiramos todo y después nos acomodamos en el viaje”. Fueron a San Nicolás, pasaron por Rosario y llegaron a Entre Ríos. Allí estuvieron primero en la localidad de Victoria, luego visitaron Concepción del Uruguay y más tarde se dirigieron a Gualeguaychú. El recorrido continuó en dirección a Zárate y Luján. Desde Carlos Keen, la hoja de ruta los llevó hacia la Ciudad de Buenos Aires y, tras una breve estadía, el GPS señaló el camino a la costa.
La idea de la familia es recorrer la costa bonaerense y seguir por la Ruta 3 hasta Ushuaia. “Después subir por la 40. Nos gustaría estar un año recorriendo la Argentina”. El viaje está documentado en las redes sociales.
Para el largo viaje fijaron pautas: no manejar con lluvia y tampoco de noche, y tratar de no pasar los 300 kilómetros diarios. El Año Nuevo lo recibieron estacionados sobre la Av. Bunge, entre saludos y videollamadas con familiares. La mañana siguiente se movieron hasta Valeria del Mar para desayunar.
¿Qué seguirá después de Alaska? “Tenemos el norte bien marcado, pero estamos abiertos en lo que nos vaya a pasar. Nos libramos a la vida y no sé qué nos propondrá. Nos gustaría recorrer Europa, visitar África, Asia, pero todo se hace paso a paso. Ahora estamos cumpliendo nuestro sueño, dejando que el destino marque su curso”, adelantó Gerardo.
“Es lo mismo que en el día a día. Nunca tenemos una rutina armada. Así como hoy estamos acá, capaz que más tarde nos vamos a Cariló. Vamos yendo y vemos lo que va surgiendo”, concluyó Florencia.