El 18 de enero de 2019, Fernando Báez Sosa era asesinado por un grupo de rugbiers asesinos en un boliche de Villa Gesell a través de un ataque cobarde que generó una conmoción nacional y se convirtió en uno de los casos policiales de mayor repercusión de los últimos años.
En aquel momento, la Unidad Funcional de Instrucción 6 (UFI) de Villa Gesell, incautó seis teléfonos iPhone, dos Huawei, un Motorola y un Samsung S10 y el contenido hallado fue volcado en dos discos extraíbles con un tamaño total de más de 10 gigas.
De acuerdo con lo trascendido en aquel momento, se habría filmado en alta resolución, por uno de los rugbiers en el momento del ataque. Según informó aquella vez Fernando Burlando, el abogado de la familia del joven asesinado, «no solamente se filmó la golpiza, sino también la persecución que inician en su contra. Ellos en un momento lo pierden de vista. Cuando son desalojados del local bailable, los dejan a una distancia muy prudencial. Entonces es cuando van a la caza de Fernando que es cuando empiezan a filmar«, manifestó.
Los artefactos fueron analizados por expertos de la División de Operaciones Técnicas de la Agencia Regional de la Policía Federal Argentina (PFA), con sede en la Escollera Norte de la ciudad de Mar del Plata, quienes además de extraer los cerca de cinco terabytes de información, la analizaron y discriminaron la de mayor relevancia para la causa, explicaron las fuentes.
tra de las claves de la investigación fueron los mensajes, audios y videos enviados al grupo de WhatsApp de los acusados, al que llamaron «los delboca3», en el que registraron cómo escaparon del lugar y luego volvieron para confirmar que habían matado al chico.
«Llamaron a la ambulancia… caducó». Con absoluta frialdad y algo de sorna, Lucas Pertossi (20) volvió pocos minutos antes de la 5 de la mañana al lugar donde habían matado a golpes y patadas a Fernando para describirle a sus amigos lo que ellos buscaban concretar: asesinarlo. A dos años del crimen, él junto a otros siete imputados, y dos en libertad, sobreseídos, aguardaban el juicio, que será realizado recién el 2 de enero de 2023.
En su pedido de elevación a juicio, Zamboni describió que Fernando fue atacado «entre las 4.41 y las 5 del 18 de enero de 2020, frente al local bailable ubicado en avenida 3 y paseo 102», pleno centro de la localidad balnearia de Villa Gesell.
Para la fiscal, los ocho jóvenes que serán juzgados «acordaron darle muerte» al joven estudiante de derecho, y para ello «previamente, distribuyeron funcionalmente sus roles», luego de que «minutos antes, al encontrarse en el interior del local bailable, tuvieran un altercado» con él, «quien se encontraba acompañado con su grupo de amigos».