Como sucede por épocas las modalidades de estafa, engaño o cuento del tío, vuelven al ataque con novedades o pequeños cambios en su metodología, pero que mantienen la misma meta: conseguir que algunas personas ilusas o crédulas crean en lo que leen, sin chequear lo suficiente, hasta que es demasiado tarde.
En este caso se trata de un viejo engaño que involucra una estafa a través de un email que llega con la misma tipografía y logotipos del correo argentino, y que anuncia el arribo de un paquete o «una encomienda desde el extranjero» para la cual piden un dinero determinado como cláusula de pago aduanero, que permita «liberar» el envío si el supuesto receptor desea recibirlo.
Viéndose muy similar a los verdaderos mensajes que manda el correo argentino para el seguimiento de paquetes o encomiendas, la diferencia es que el receptor no recuerda haber pedido ni comprado nada. Sin embargo hay gente que quizás esté en esa circunstancia, aguardando una compra o algo que le estén por mandar desde fuera del país, y creen que se trata justamente de esa posibilidad, por lo tanto, inocentemente siguen el proceso que busca «robar datos» para luego exigir un pago fraudulento.
COMO DETECTAR EL ENGAÑO
Los autores del email piden que se re envíe una foto del DNI de ambas caras y también una de la persona sostienéndolo.
De proceder a eso, la víctima estaría entregando información muy útill para que los inventores del fraude continúen el intercambio de mensajes con el fin de recibir los 10 mil pesos que piden para «liberar» supuestamente el envío.
Eso ya constituye una señal de alarma para quienes reciban este falso mail, pero además lo indispensable es revisar el remitente, que en este caso es «info@correoargentino.ru«.
La terminación «ru» demuestra que no es una casilla real sino una ficticia, abierta en servidores rusos, pero que podrían ser de cualquier otro país, o inclusive argentinos, pero nunca se trata de las verdaderas casillas del Correo Argentino.
ASI ES EL FALSO EMAIL:
Le informamos que su encomienda procedente del exterior se encuentra disponible en nuestro centro de distribución logístico para su entrega. Para proceder a la entrega de la misma debe abonar los aranceles que Aduana nos exige, según sus tasas arancelarias este es de $10.040,12 en dicho envío».
Además de ser poco preciso, genérico y no contener nunca el nombre del destinatario, ni un número de seguimiento para ingresar a la página oficial, luego agrega: «Esta diferencia debe ser abonada para entregar el producto en su domicilio o retirarlo en alguna de nuestras sucursales, de no ser así, su envío volverá al País de origen después del lapso de espera de 72hs», mostrando un apuro para la respuesta que no permita meditar mejor de que podría tratarse ese «paquete».
Allí comienza el pedido de envío de datos, de un modo aún más exótico e imposible de creer. Porque una empresa jamás lo haría de ese modo, pero es algo, tal vez factible y verosímil para las personas que desconocen el procedimiento.
«Para proceder a la liberación debe cancelar esta diferencia arancelaria dentro del plazo estipulado. Para solicitar los detalles del pago necesitamos, adjunte una captura de su DNI de frente, reverso y una selfie sosteniendo el mismo con una mano, ya que de otra forma no podremos gestionar dicho trámite por usted y necesitara un Despachante de Aduana».
Al final quiere brindar una explicación del los motivos de tal pedido y desalentar cualquier otro tipo de respuesta: «Recuerde que nuestra área de trabajo solo abarca las gestiones de liberación y pagos por lo cual cualquier respuesta que no contenga las tres imágenes requeridas para iniciar el trámite de despacho será ignorada».
Por último el mecanismo de la estafa del falso correo argentino, deja la inquietud de que si no se responde a la brevedad, el supuesto beneficiario de la encomienda perderá esa posibilidad: «Si usted no desea retirar su encomienda, por favor no conteste este correo».
La firma pertenece a una persona inexistente, pero con cuyo nombre ya se organizaron anteriormente la misma estafa y otros fraudes: Paula D. Bonamassa.
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