Dos jóvenes fueron condenados este jueves a prisión perpetua por el femicidio de Keila Moreira, una adolescente de 16 años asesinada de un escopetazo en la cabeza, en 2020, en su casa de Campana.
El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 recayó sobre Franco Gonzalo Moreira (21), pareja de la víctima; y su amigo Matías Ezequiel Oviedo (22), a quienes consideraron coautores de un «homicidio agravado en contexto de violencia de género y por el vínculo».
Fuentes judiciales informaron a la agencia Télam que los jueces Mariano Chausis, Daniel Rópolo y Federico Martinengo coincidieron con el fiscal José Martín Zocca, quien dio por acreditado que ambos cometieron en el femicidio.
Tras la sentencia, Paula, madre de la víctima, se abrazó llorando con familiares y amigos que la acompañaron en la sala del TOC 2.
En audiencias anteriores, los acusados habían dado versiones «contradictorias» de lo sucedido y «se echaron la culpa mutuamente», dijo a Télam el fiscal Zocca.
«Franco Moreira dijo al tribunal que vio cómo se le escapó el tiro accidentalmente; mientras que el otro imputado dijo haber escuchado el disparo y cuando entró a la habitación encontró a su amigo con el arma en la mano y a Keila tirada en el piso, todavía con vida», detalló Zocca.
El femicidio se registró el sábado 17 de octubre de 2020, en una casa ubicada en la calle Barreto al 500, del barrio La Praderas, de Campana.
Un llamado al 911 alertó sobre la presencia de una joven fallecida en el interior de una vivienda, por lo que el personal de la comisaría de Campana arribó al lugar de inmediato.
Al ingresar al inmueble, constataron que la adolescente había fallecido de un escopetazo que impactó arriba de una de sus orejas.
Según las fuentes, la chica estaba con su novio y un amigo, quienes escaparon en un auto.
Antes de huir, el novio de Keila fue a lo de su madre, a quien le confesó que estaba manipulando el arma de fuego y accidentalmente la mató.
«Por los elementos de prueba que se encontraron en el lugar en ningún momento la hipótesis fue la del accidente y, sumado a ello, por la fuga y la falta de asistencia a la víctima al momento del hecho», precisó a Télam un vocero encargado de la investigación, quien añadió: «Se fueron y todavía estaba viva».
Las fuentes añadieron que la madre de Moreira llamó a una hermana suya, quien avisó al hermano mayor del acusado lo que había ocurrido, por lo que éste hombre se dirigió a la casa donde vivía la pareja.
«Él encuentra a Keila y la trata de reanimar, ella fallece en ese momento y ahí le pide a la vecina que llame al 911 pero pasaron por lo menos cuarenta minutos», aseguró el vocero.
Los investigadores establecieron que la escopeta calibre .12 hallada en el lugar del hecho era compatible con el cartucho recuperado en la autopsia.
Con información de Télam