El ministro de Economía, Sergio Massa, completó su equipo al designar a Gabriel Rubinstein al frente de la Secretaría de Programación Económica, que en los hechos funciona como viceministro de esa cartera.
Se trata de un técnico cercano al exministro de Economía, Roberto Lavagna, que lo asesoró en temas de política monetaria como representante de Hacienda en el directorio del Banco Central (BCRA). Además, fue miembro del grupo negociador de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y participó en la renegociación de la deuda pública, entre 2002 y 2005.
En el ámbito privado fue director ejecutivo de DCR-Fitch Rating Agency, director ejecutivo de la Bolsa de Comercio Buenos Aires y coordinador General de Estudio Broda.
En una de sus recientes definiciones a través de la red social Twitter expresó que “lo urgente e importante en la Argentina es terminar con el desequilibrio fiscal, mejorar la credibilidad interna y externa (desde lo político) para fortalecer reservas y mantener un endeudamiento responsable”.
“Bajo estas condiciones, la inflación podría comenzar a estabilizarse en niveles razonables. Caso contrario, el riesgo hiperinflacionario seguirá tocando la puerta, y cada vez más fuerte”, indicó Rubinstein.
Una semana atrás, en una nota de opinión para la revista Noticias, advirtió que “los anuncios de control de caja (cuenta única) y congelamiento de vacantes en organismos descentralizados, posible aumento de recaudación por revalúo inmobiliario y subas de tarifas de gas y luz no alcanzan para convencer de que habrá menos emisión monetaria por el déficit y continuidad del acuerdo con el FMI”. Y agregó: “Se necesitaría una hoja de ruta mucho más certera sobre las cuentas fiscales, desde ahora hasta fines de 2023″.
Rubinstein también se mostró a favor de desdoblar el mercado de cambios y establecer un tipo de cambio más alto para el dólar ahorro, turismo, tarjetas y, si fuera necesario, consumos denominados suntuarios: bebidas varias, marcas sofisticadas. (DIB)