La letra amarilla del cartel con el nombre de la ciudad, postal de todas las fotos, fue escrita por una familia de Zárate identificada como Gómez. El descontento no tardó en llegar a las redes de los chubutenses. Un niño, junto a su papá y un hermano decidió restaurarlo: se volvió viral por su gesto y fue felicitado por el municipio.
El camino a La Hoya es uno de los puntos de atracción que tiene Esquel, la pintoresca ciudad de Chubut ubicada a los pies de la Cordillera de los Andes. Allí está el mirador que da cuenta de la inmensidad en medio de las montañas y que deja casi al descubierto el bello paisaje, por estos días con picos nevados.
Hasta allí llegan cientos de turistas cada día, con el deseo de apreciar la vista y hacerse una foto al lado del cartel con el nombre de la ciudad que fue colocado hace dos años. Pero en las últimas semanas, una familia visitante creyó que sería bueno estampar su paso por el lugar: “Familia Gómez. 24/7/22. Zárate, Buenos Aires”, escribieron junto a una carita feliz.
No pasó mucho tiempo para que el repudio por ese accionar copara las redes sociales de los vecinos contra los bonaerenses y el pedido para que los turistas dejen de lado la desagradable costumbre de hacer grafitis a su paso se multiplicaron. En el “mientras tanto”, Bautista, un niño de 12 años, decidió no quejarse sino accionar y dar una lección.
“Me pidió una lata de pintura amarilla para pintar la letra E, la que fue vandalizada, y lo llevé”, contó José Luis Sánchez, el orgulloso padre del pequeño y de Ulises, de 9, que también participó y de Juliana que, por el frío, no estuvo.
La familia fue ovacionada virtualmente por sus vecinos y felicitada por el municipio.
El noble gesto
Emocionado, Juan cuenta que su hijo mayor fue el que tuvo la idea y que la familia se sumó al gran gesto al reparar la letra dañada, pero que terminaron pintando la totalidad del cartel.
Esto también fue muy bien recibido por los vecinos y el municipio, que destacó y agradeció la actitud desde la Secretaría de Turismo de la Municipalidad: “Estas acciones desinteresadas nos enseñan el amor por nuestra ciudad y el interés de la comunidad por el desarrollo del turismo. Gracias a Bautista y Ulises los turistas que nos visitan podrán llevarse un buen recuerdo de Esquel”, expresaron.
“Primero lo vimos por las redes y luego en el camino a La Hoya, yendo a esquiar con los nenes. Solemos ir todos los fines de semana, pero en las vacaciones de invierno lo hicimos todos los días; en uno de ellos vimos el cartel escrito”, inicia el relato el hombre de 47 años y sigue: “Allí Bautista me preguntó si lo podíamos pintar nosotros, y le dije que sí”.
Al otro día, y luego de hablarlo en familia, compraron la lata de pintura amarilla y una lija para acondicionar el lugar de pintura. “El primer día lijamos la E para poder restaurarla bien y pintarla. Como eso también se hizo viral en las redes, al otro día nos felicitaron desde el municipio y como les contamos que habíamos decidido pintar todo, nos mandaron las latas de pintura que faltaban”, cuenta Pachi, como lo conocen en Esquel, que es instructor de esquí y peluquero por herencia paterna.
“Haber tenido tanta repercusión creo que además de ser algo lindo para los nenes, fue importante porque les deja a ellos un lindo mensaje y nos hace saber que como padres, que educamos a nuestros hijos en estos tiempos tan difíciles en los que están mirando constantemente lo que hacemos y lo que no, vamos por el camino correcto”, admite emocionado.