Siempre que se presenta la posibilidad de invertir un monto significativo de dinero, hay que evaluar los riesgos. Por eso cuando se habla de compra o Alquiler de campos, hay que analizar los indicadores que pueden afectar la transacción. De igual modo, las ventajas y desventajas de una opción respecto de la otra.
Como tantas otras, las inversiones en el campo están necesariamente ligadas a los cambios en la economía nacional. Es importante analizar con detalle las situaciones posibles que pueden presentarse a nivel económico. Y, por supuesto, la injerencia que éstas pueden tener en la inversión a corto, mediano y largo plazo.
Alquilar un campo: una alternativa a considerar para iniciarse en el rubro
Comprar un campo requiere de una suma de dinero de la que no siempre se dispone. Y, de disponerla, depositarla en un solo emprendimiento puede significar un riesgo trascendente. Lo mismo sucede cuando se es inexperto y se pretende iniciarse en el rubro rural.
Lejos de arriesgar todo sin saber cómo va a resultar, alquilar un campo se presenta como una alternativa interesante. Las hectáreas en alquiler son una muy buena opción para quienes se deciden a dar sus primeros pasos. Y también para aquellos pequeños productores que necesitan tiempo para tomar la decisión de invertir todo lo que tienen en un campo.
Siempre es aconsejable asesorarse con los que saben e investigar respecto de cuál es la mejor opción. El sitio agroads.com.ar ofrece información de vital importancia para los negocios vinculados al campo. Desde las mejores opciones inmobiliarias hasta lo último en material de maquinaria, equipamiento y repuestos. Si se piensa en la propuesta de alquilar, se pueden señalar algunas ventajas.
Las ventajas y las desventajas de alquilar un campo
En primera medida, muchos propietarios de campo deciden aumentar sus ingresos alquilando parte del mismo. Esto genera una gran oferta de hectáreas en alquiler y precios atractivamente competitivos para quienes deciden alquilar.
Por otro lado, cuando alquila un campo el productor puede elegir la cantidad de hectáreas adecuada. Según la actividad que piensa desarrollar, las dimensiones justas de campo le permitirán un mejor aprovechamiento y una optimización de las ganancias. Además, el dinero que se ahorra de una compra puede invertirlo en la adquisición de maquinaria, tecnología e insumos.
En cuanto a las desventajas se encuentra el hecho de que trabajar un campo alquilado reviste más riesgo que hacerlo cuando éste es propio. El dinero destinado al alquiler y a los gastos operativos será determinante en la ecuación rentabilidad – cantidad de hectáreas. Y lejos de ser estable, este número puede ser muy fluctuante.
Comprar un campo: una opción para conocedores con liquidez
Si hablamos de Campos en venta hablamos de cantidades de dinero importantes. De contar con esos montos, es una opción ideal para quienes pueden invertirlos en él y ya tienen cierta experiencia en el rubro. Un cierto recorrido por el ámbito del campo es fundamental para saber qué van a recuperar la inversión a mediano plazo.
Contar con la titularidad de un campo propio reviste una ventaja en sí misma para los productores. Pero, además, les permite aumentar las ganancias de la actividad. El margen obtenido de un campo propio siempre será superior al resultante de un campo alquilado. Sin embargo, para que el balance sea positivo hay que tener una administración eficaz de la mano de obra asalariada, la materia prima utilizada y las maquinarias empleadas.
Factores a analizar para tomar una decisión
Más allá de contar con el dinero y la experiencia necesarios, a la hora de analizar entre alquilar o comprar un campo hay que contar con la mayor información posible. Ésta será la herramienta para poder analizar factores determinantes. El valor de la hectárea y los pronósticos permiten prever el rendimiento. Las posibilidades de financiación disponibles y los intereses vigentes, también facilitan un panorama. Del mismo modo que el análisis de los gastos operativos.
Los indicadores del mercado muestran que la adquisición de campos propios destinados a la actividad agropecuaria supera al alquiler. Y este escenario responde a los riesgos de la segunda opción frente a la primera. Así como a los notablemente inferiores márgenes de ganancia.