El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en la mujer. Se origina por el crecimiento rápido y desordenado de las células que revisten los conductos de la mama, y si no es tratado de manera temprana, puede avanzar hacia otras regiones del cuerpo, principalmente los ganglios linfáticos axilares. En nuestro país se calcula que 1 de cada 8 mujeres que hayan alcanzado la edad de 80 años habrá desarrollado la enfermedad en algún momento de su vida.
Una de las características más importantes del cáncer de mama es su alta incidencia: en Argentina se detectan entre 15.000 a 20.000 nuevos casos por año.
Aunque la enfermedad no puede evitarse, es posible realizar prevención secundaria, que consiste en el diagnóstico precoz de la enfermedad para comenzar el tratamiento en sus etapas iniciales, con terapias menos agresivas y con mejores resultados. La detección precoz, entonces, se presenta como el principal aliado en la lucha contra el cáncer de mama. Dado que la enfermedad es asintomática en sus inicios, en esta etapa sólo se puede detectar el tumor mediante la realización de estudios mamarios de control con el ginecólogo y la mamografía anual. Este es el momento ideal para diagnosticarlo.
La Sociedad Argentina de Mastología recomienda realizar una mamografía en forma anual a partir de los 40 años en las mujeres que no tienen antecedentes en su familia. En caso de tenerlos, se sugiere iniciar los controles 10 años antes de la edad de presentación en el familiar.
Cuando ya está presente algún síntoma, significa que hemos salido de la etapa inicial, asintomática. El signo más frecuente es sin ninguna duda la palpación de un tumor, nódulo o dureza en la mama. Otros síntomas de menor ocurrencia, son las retracciones o hundimientos en la piel o el pezón, el enrojecimiento a nivel de la piel de la mama, la descamación del pezón, el derrame de sangre por el pezón y la palpación de un bulto en la axila. Cuando una mujer detecta alguno de estos signos, debe consultar inmediatamente al especialista para aclarar su origen.
La posibilidad de desarrollar cáncer de mama aumenta con los años. Tener antecedentes familiares de cáncer de mama también aumenta el riesgo, pero este factor debe ser considerado en su justa medida, dentro de un abanico muy amplio de posibilidades asociadas a la cantidad de familiares que tuvieron la enfermedad, el grado de proximidad del parentesco, la edad de ocurrencia de ese caso, entre otros.
Es fundamental cuidar el peso, ya que la presencia de sobrepeso – especialmente después de la menopausia – aumenta la posibilidad de desarrollar la enfermedad. También es recomendable moderar el consumo de alcohol, no fumar y analizar detenidamente la utilización de terapias de reemplazo hormonal.
El mejor diagnóstico es el que se hace a través de estudios de control en pacientes sin síntomas, ya que si el nódulo es detectado por la mujer en su autoexamen mamario quiere decir que ya tiene un tamaño más grande (mayor a 1 cm), lo que permite que sea palpable. El autoexamen mamario sirve y debe difundirse, enseñarse y recomendarse para que la mujer pueda conocer sus mamas y detectar la aparición de algún signo de alarma, pero nunca reemplaza la mamografía ya que, a diferencia de ésta, el autoexamen no permite la detección temprana del cáncer de mama.
Dra Debora B. Cozzarin
Especialista en Ginecologia y Obstetricia
MN 163715 MP58438
Serenare Campana «Salud en Armonía »
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