«Es una estadística que nos preocupa, por las consecuencias en la salud de nuestros vecinos y por la cantidad de recursos humanos y económicos que implica ese número», señalaron desde el Municipio.
El incremento del caudal vehicular en Campana se advierte a simple vista. Y quienes habitualmente conducen por las calles de la ciudad en diferentes momentos del día reconocen que cada vez hay más «horarios pico» en el tránsito local.
En ese contexto, los siniestros viales se mantienen en números elevados: entre enero y octubre de este año, el SAME intervino en más de 600 accidentes de tránsito en la ciudad.
«Es una estadística que nos preocupa, por las consecuencias en la salud, el presente y el futuro de nuestros vecinos y por la cantidad de recursos humanos y económicos que implica ese número», señalaron desde el Municipio.
Es que cada vecino que sufre lesiones producto de un accidente es derivado por el SAME al Hospital Municipal San José para su mejor atención.
Así, un problema generado por la movilidad y el transporte se transforma, además, en una problemática para la salud pública, porque absorbe recursos humanos y materiales que complican la planificación diaria y general de la tarea sanitaria.
De acuerdo a una estimación del Ministerio de Salud de la Nación, en el 2018, los costos totales de atención de lesionados por accidentes de tránsito en el sistema de salud representaron el 7% del total del presupuesto de la cartera sanitaria.
A su vez, en muchas ocasiones, la siniestralidad vial se convierte también en un grave problema para las economías familiares.
Según el informe «Costos e impactos de la siniestralidad vial. Una mirada holística para su abordaje» de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), «en Argentina, se observa una tendencia creciente en los niveles de siniestralidad vial con víctimas no fatales» y como consecuencia de ello «se produce un incremento en la población de la morbilidad por lesiones de tránsito».
Esto significa «un aumento de personas que a partir de sufrir un siniestro vial deberán convivir con la presencia de enfermedad por trauma vial».
Esa misma presentación de la ANSV indica que las lesiones causadas por accidentes de tránsito «repercuten también sobre la economía de los hogares, dado que son principalmente los jóvenes los más afectados por la siniestralidad vial y quienes se encuentran en la época de mayor productividad económica».
Una situación que, según agrega el informe, «provoca un impacto mayor en familias de sectores pobres de la sociedad, pudiendo empeorar aún más sus condiciones de vida».
Así, una mirada integral sobre la siniestralidad vial permite entender que en un accidente entran en juego muchas más variables que el número de heridos que deja o los daños materiales que trae aparejado.
Ante esta realidad, la Secretaría de Seguridad y Prevención Ciudadana –a través de la Dirección General de Tránsito y Transporte- trabaja en distintas acciones en calles y avenidas para reducir los incidentes viales como por ejemplo la renovación de la señalética vial; el repintado de las sendas peatonales; la demarcación de cordones y espacios exclusivos de estacionamiento para personas con discapacidad, y la incorporación de más agentes de tránsito para fortalecer los operativos de control.
Finalmente, se insta a los vecinos a conducir con mayor responsabilidad respetando las normas de tránsito con el objetivo de cuidar la vida propia y la del prójimo.