Hoy se llevó a cabo la séptima audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes en enero de 2020 a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell. Declararon una criminalista que confirmó que la huella de una zapatilla que la víctima tenía en el rostro era de Máximo Thomsen, y más peritos de la causa.
La perito Haydeé Almirón también participó de la pericia scopométrica y fue contundente sobre lo que había explicado su colega Maria Eugenia Cariac previamente. Que la improta de la zapatilla en la cara de la víctima se correspondía con un solo par de los analizados, el de marca Cyclone. Ese pertenecía a Máximo Thomsen.
Almirón reconfirmó: “No había posibilidad de error de que fuera de otra zapatilla”.
Integrante de la policía científica que participó de la pericia scopométrica, la especialista detalló ante los jueces. “Fue posible establecer que todos los calzados presentaban características que los individualizaban. Había diferentes modelos y diferentes talles. Tomamos las vistas, las impresiones de la suela de cada uno de ellos y pudimos determinar qué diseño y qué moldura tenía cada uno. Los 14 pares resultaron ser diferentes en marca, suela y diseño. Todos con desgaste en su suela”, comenzó Almirón mientras exhibía un power point con las imágenes.
María Eugenia Cariac, además de ser integrante de la policía científica de la Policía de Buenos Aires desde hace 16 años, es licenciada en Criminalística. Actualmente, está a cargo de la policía científica de Villa Gesell. Participó de la pericia scopométrica, a la que definió como un “estudio comparativo” entre las improntas detectadas en la autopsia de la víctima y cuatro zapatillas secuestradas en el allanamiento.
Cariac sostuvo que, de los cuatro pares analizados, halló correspondencia con uno solo: “La zapatilla de marca Cyclone que tenía un diseño ‘zigzag’”. Así, sin decirlo porque no dio nombres durante su exposición, confirmó que la impronta era del calzado que pertenece a Máximo Thomsen.
Expuso, también, muchas imágenes de la víctima en las que se veían los rastros del calzado, sobre todo en el maxilar inferior, en la región izquierda y la región lateral izquierda del cuello. Lo que no pudo determinar fue si las dos improntas eran del mismo golpe o de dos diferentes: “Son dos lesiones en regiones anatómicas distintas, con dos patrones distintos, un diseño es más chico y el otro es más grande”, agregó.
David Emanuel Larrosa es integrante de la Policía Científica desde hace 16 años. De momento, es oficial inspector, pero en enero de 2020 se desempeñaba en la división de Casos Especiales. El perito refirió que el día 12 de junio 2020, por orden de la fiscal Verónica Zamboni, se presentó en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero para hacer la toma de impresiones plantares con rodillo y tinta litográfica a los ocho imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa. Explicó que, con el consentimiento de los acusados, se tomaron las impresiones en tres posiciones diferentes y, luego, les hicieron fotos.
