Eduardo Benicelli, padre de Matías, contó en la primera parte de su declaración que la familia tiene un taller de chapa y puntura. “Cuando terminó la secundaria, [Matías] se quedó a trabajar con nosotros. Jugaba al fútbol”, relató.
También dijo que le prestó el auto a su hijo para que se fuera a Villa Gesell porque era el medio de transporte “más económico” e indicó lo que ocurrió en la familia tras el crimen de Fernando Báez Sosa. “Nunca me imaginé pasar una situación así. A mi señora le han dicho ‘puta e hija de puta’. La gente dejó de ir a mi trabajo”, manifestó.
“Fueron tres años de mucho dolor”, refirió Benicelli, mientras Silvino Báez movía su cabeza en señal de asombro. “No le encuentro una explicación, no quiero decir que lo que pasó no fue terrible, fue terrible. Fue terrible lo que pasó, es un dolor para todos”, siguió el padre del imputado, quien aseguró que los familiares de los imputados no pueden “ni salir a la vereda”.
Mientras el hombre hablaba, Ciro Pertossi rompió en llanto una vez más, luego también de la exposición de su padre, Mauro, donde se lo había visto lagrimear.
Para Benicelli solo hubo preguntas de la defensa. Los fiscales y los abogados que representan a Silvino Báez y Graciela Sosa no hicieron consultas.