La cuestión de la duración del tiempo de trabajo ha sido -y continúa siendo- una de las preocupaciones más debatidas en el derecho del trabajo. Su regulación y limitación ha constituido una de las reivindicaciones más fuertes del movimiento sindical.
Actualmente se están desarrollando en diversos países pruebas pilotos de reducción de la jornada laboral y de la semana laboral de 4 días.
El Frente de Todos propone reducir la jornada laboral
Frente a esta situación, un proyecto de ley propone modificar el régimen de jornada laboral y plantea que la jornada no podrá exceder de seis horas diarias o treinta horas semanales. También, establece que la jornada de trabajo nocturno entre las 21 y las 6 horas, no podrá exceder las cinco horas.
Actualmente, la jornada laboral que rige en la Argentina es de 8 horas diarias y 48 semanales, como máximo.
“Es de las más largas del mundo y se instauró hace casi cien años, cuando la realidad del trabajo era muy distinta”, según plantea el proyecto del diputado del Frente de Todos, Eduardo Valdés, que propone reducir la jornada laboral de las 8 horas actuales a 6 horas diarias.
Con la informatización y digitalización del trabajo, la productividad aumentó constantemente mientras que la duración de la jornada laboral no se modificó.
también beneficiosa. Es un debate que debe tener lugar en el Congreso de la Nación y es el primer paso para modificar la realidad hacia una sociedad más justa”, sostuvo Valdés.
Según el proyecto, “la reducción de la jornada laboral sin reducción salarial tiene ventajas para los trabajadores y las trabajadoras en tanto dispondrán de más tiempo de ocio y para estar con su familia, genera menos traslados –lo que significa beneficios económicos y ambientales–, además de más motivación con la empresa, menos estrés y disminución de enfermedades vinculadas”.
Por otra parte, la reducción de la jornada laboral implicaría “ahorro energético, alivio del sistema de transporte, mayores niveles de empleo, disponibilidad de tiempo de los trabajadores y de las trabajadoras para la formación y capacitación, la recreación y el bienestar general”.
Esta medida, también tendría -según el proyecto- beneficios para las empresas ya que disminuirían sus costos, reduciría la conflictividad laboral e incluso generaría aumentos en la productividad por un mejor aprovechamiento de la jornada laboral.
A través de la iniciativa, se busca no sólo que los trabajadores tengan una menor jornada laboral sino que el trabajo se pueda redistribuir en más personas. Además, según el proyecto, “se comprobaron que ese esquema también sirve para resolver problemas de igualdad de género, permitiendo un reparto más equitativo de las tareas de cuidado entre madres y padres y favorecieron el camino hacia un trabajo más sostenible”.
Además del FDT, en el socialismo los diputados nacionales Mónica Fein y Enrique Estévez, plantearon la necesidad de reducir la jornada laboral, al reinvindicar un reclamo histórico de ese sector político.
A través de un proyecto de ley, los legisladores proponen la reducción de la semana laboral a 36 horas aunque establece que la distribución de la carga horaria puede ser heterogénea, hasta un tope máximo de 8 horas diarias.
De todos modos, la iniciativa del socialismo aclara que “la acotación del tiempo de trabajo no podrá significar la reducción de las remuneraciones”.