Los ocho detenidos por el asesinato del joven realizan tareas de mantenimiento en la huerta y el césped del penal en el que se encuentran alojados. Crece la posibilidad de que sean derivados a otra unidad penitenciaria.
Los ocho jóvenes detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa saben que la situación que viven en la cárcel puede cambiar de un día para el otro. Este panorama, en donde ser trasladados o separados les genera una constante inquietud, podría modificarse dentro de pocos meses. Sucede que si bien la Justicia puede determinar en cualquier momento el alojamiento del grupo en otra unidad carcelaria, desde el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) precisaron que en agosto podría haber novedades.
Argumentaron que con el propósito de descomprimir la población en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero, búsqueda que se expandirá en otros penales bonaerenses, los ocho condenados serían trasladados a una de las cárceles que se inaugurarán este año.
“Los cinco que fueron sentenciados a prisión perpetua (Máximo Thomsen, Luciano Pertossi, Ciro Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli) permanecerían juntos en un mismo sector. Respecto a los tres restantes, que recibieron una pena de 15 años de prisión (Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi), irían a la Unidad N°30 de General Alvear”, detallaron.

Hugo Tomei pidió la absolución de los tres rugbiers condenados a 15 años de prisión y la reducción de la pena de los cinco condenados a perpetua.
Hace algunas semanas, desde el SPB le confirmaron a este medio que, en el caso de que la Justicia emitiera una orden de traslado, al abogado de los detenidos (Hugo Tomei) no lo consultarán ni notificarán.
En ese sentido, la sensación del entorno de los rugbiers es que para que el traslado suceda debe garantizarse una serie de condiciones estrictas, todas ligadas a la convivencia y seguridad de los detenidos en un nuevo penal.
Desde el comienzo de la causa se supo que la principal razón para afirmar que los rugbiers permanecerán en Melchor Romero por ahora tiene que ver con la seguridad de los jóvenes. Los ocho, a pesar de las diferencias o discusiones que puedan tener, se aferran a mantenerse juntos mientras permanezcan detenidos.
“Pocos están dispuestos a pagar el costo de un traslado, mucho más en un año electoral. Si son separados quedarán expuestos en otra cárcel, podrían ser atacados. Son los presos más conocidos de la Argentina”, explicó una fuente judicial.
[CON INFORMACIÓN DE: TN]