Ahora el nuevo desafío para quienes impulsaron esta normativa está en que se plieguen las provincias que no tienen una normativa en el mismo sentido. En estos casos, a partir de hoy, puede darse que dentro un mismo territorio provincial haya rutas en las que rige la ley de alcohol cero (las rutas nacionales que la atraviesen) y rutas, caminos, calles y avenidas en que no.
Un ejemplo de esta situación es, por ejemplo, Mendoza donde la Ley de Alcohol Cero se aplicaría en las rutas nacionales 7, 40, 142, 143, 144, 145, 146 y 149 pero no en el resto de los caminos, calles y rutas donde se seguirá aplicando la legislación local ya que vialidad depende de cada una de las provincias.
La presidenta de la Comisión de Transporte, la oficialista formoseña María Teresa González, describió al proyecto como «un paso importante y el inicio de un gran cambio cultural que nuestra sociedad necesita y demanda».
«Todas las familias que batallaron esta lucha hoy espero que se lleven de este recinto un consuelo», sentenció González.
El jujeño Mario Fiad, coincidió en que este proyecto «constituye un cambio cultural», aunque remarcó que es necesario «ese cambio para que el ciudadano respete la ley y dejemos de correr tras los hechos tan lamentables».
«La ley, para que sea efectiva necesita del rechazo social a las conductas infractoras. Necesitamos un cambio en la figura del delito vial», afirmó Fiad.