Nucleoeléctrica Argentina entregó hoy al Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, el estudio de impacto ambiental para el proyecto de extensión de vida de la Central Nuclear Atucha I.
El documento fue elaborado por el Instituto Nacional del Agua (INA), en el marco de un convenio firmado entre este organismo y Nucleoeléctrica. Asimismo, se contó con la mediación del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT) que propició estos acuerdos y trabajos conjuntos.
Durante el encuentro, José Luis Antúnez, presidente de la empresa, señaló los valores permanentes demostrados en el proceso de elaboración del estudio y destacó el “compromiso de la provincia de Buenos aires con el Plan Nuclear Argentino”.
Por su parte, el subsecretario de Control y Fiscalización Ambiental, Luis Couyoupretrou, resaltó el profesionalismo en el desarrollo de este documento y reconoció el “valor del conocimiento científico y la trayectoria” que tiene la empresa.
Del evento participaron representantes del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, entre otras autoridades de Nucleoeléctrica, del INA y del CEDyAT.
Este trabajo refuerza el compromiso de Nucleoeléctrica con el cuidado del medio ambiente, objetivo que es contemplado en cada una de las fases que componen el ciclo de construcción y producción, así como la protección de sus trabajadores, del público y del ambiente.
Extensión de vida Atucha I
El proyecto de extensión de vida de Atucha I le permitirá a la central operar por un nuevo ciclo de vida útil de 20 años.
La parada de reacondicionamiento tendrá una duración de 30 meses a desarrollarse entre 2024 y 2026 e implicará la creación de 2.000 puestos de trabajo, así como la generación de oportunidades para proveedores nacionales calificados para las tareas de construcción y fabricación de componentes.
Esta obra permitirá mantener la potencia nuclear instalada, proporcionando energía segura, confiable y limpia para más de un millón de habitantes.
La Central Nuclear Atucha I inició su construcción en junio de 1968 y se convirtió en la primera central nuclear de potencia de América Latina, al ser conectada al Sistema Eléctrico Nacional en marzo de 1974. Si bien es la primera central argentina, todos sus sistemas de seguridad fueron actualizados y cumplen con las exigencias locales e internacionales.
Nucleoeléctrica Argentina
La empresa produce energía eléctrica mediante la operación de las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse. La potencia instalada total de sus tres plantas es de 1.763 MW.
Además de operar las plantas y comercializar en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) la energía producida, está a cargo del gerenciamiento de proyectos que aseguren la normal operación de sus instalaciones, así como también de aquellos que tengan por objetivo la eventual construcción de futuras centrales nucleares en territorio nacional.
Sus actividades están sujetas a los más altos estándares de seguridad y se encuentran fiscalizadas a través de rigurosos controles. La energía nuclear contribuye al cuidado del medioambiente por no generar gases (CO2) ni partículas causantes del efecto invernadero durante su operación.