Entre noviembre de 2023 y abril de 2024, más de 137.000 asalariados formales perdieron su puesto de trabajo como consecuencia de la recesión y las políticas implementadas por el Gobierno de Javier Milei. Asimismo, los salarios reales no logran recuperar la pérdida por la devaluación de fin del año pasado, pese a leve mejora en abril.
Según datos que surgen del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), casi 112.000 de esas personas que se quedaron sin su fuente de ingresos trabajaban en el sector privado, mientras que otras 25.000 estaban registradas en el Estado.
Desempleo, en máximos desde la pandemia
De acuerdo con los últimos datos del INDEC, correspondientes al primer trimestre, el desempleo trepó al 7,7%, tratándose así de la cifra más elevada desde 2021, cuando la economía estaba todavía afectada por los efectos de la pandemia de Covid-19.
La cantidad de desocupados llegó a 1.731.000 individuos entre enero y marzo, lo cual implicó un aumento de 180.000 personas en comparación con el mismo período del año pasado.
En paralelo, la presión sobre el mercado laboral, conformada por el universo de desocupados, subocupados, ocupados demandantes y ocupados no demandantes disponibles, alcanzó el 29,5% de la Población Económicamente Activa (PEA), dejando un incremento interanual de 2,6 puntos porcentuales.
El director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, anticipó que los números van a seguir empeorando, si se tiene en cuenta que la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de la Secretaría de Trabajo anticipa una pérdida de al menos 20.000 puestos formales para mayo.
«Visité muchas empresas en el último tiempo. Es una olla a presión; hay un montón de pymes que adelantaron vacaciones, suspendieron personal, recortaron horas extra, todos mecanismos previos a la ruptura de la relación laboral«.