El gobernador bonaerense Axel Kicillof encabezó esta tarde en Berisso, “kilómetro 0 del peronismo”, un discurso con tono conciliador, con señales claras hacia Cristina Fernández y en el que fue categórico respecto de “las cosas que se estuvieron discutiendo”: “Mi opinión es muy sencilla: unidad, unidad y unidad”.
Presentes estuvieron, por ejemplo, Héctor Daer, Pablo Moyano y Andrés Rodríguez, entre los sindicalistas; también intendentes y exintendentes de la provincia; o Victoria Tolosa Paz y Santiago Cafiero, personas clave del último gobierno y apuntados como más cercanos al gobernador riojano Ricardo Quintela en la interna partidaria. Y en este punto, entre los ausentes estuvieron los miembros del Gabinete bonaerense cercanos a Cristina Fernández, como el ministro de Salud, Nicolás Kreplak; Juan Martín Mena, de Justicia y Derechos Humanos; o Florencia Saintout, titular del Instituto Cultural.
El 17 de octubre, dijo el Gobernador, es “un día de festejo”. “Festejamos estar juntos, festejamos la pelea que estamos dando” a lo que calificó “desastre de Milei”. Aunque, aclaró, Milei “no dura para siempre”.
Después de agradecer a las organizaciones sociales, sindicalistas, intendentes (“decenas”), estudiantes, jubilados, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Kicillof se preguntó: “¿Qué se conmemora hoy?”. E introdujo diciendo que “un 17 de octubre recuperamos la democracia en Argentina”. “Había que dar vuelta esa situación de proscripción, de persecución”, sobre la detención de Juan Domingo Perón. Y fueron los miles y miles de argentinos movilizados los que “hicieron nacer en la Argentina un nuevo país, un país con igualdad”.
Kicillof recordó a María Roldán, “la primera mujer sindicalista de Latinoamérica”, y a partir de allí (cuando “también estaba surgiendo el feminismo en Argentina”), marcó sus diferencias con la actual gestión nacional.