En un comunicado por el noveno aniversario de su designación como obispo de Zárate-Campana, el clero diocesano destaca la figura de monseñor Pedro María Laxague, quien desde aquel 3 de noviembre de 2015 «caminaría junto a nosotros, pastores y laicos, para animar y consolar, para compartir e iluminar a estos tus hijos y hermanos».
«Llegaste a nosotros con ‘olor a familia’, cosa que nos ayudó a sanar heridas y recomenzar nuestra marcha de peregrinos», puntualiza.
Los sacerdotes y diáconos de la diócesis le agradecen la sabiduría y el buen humor, que -afirman- «nos han ayudado a superar juntos las tormentas de nuestras vidas».
«Tu temple sereno, tu corazón paternal y fraterno, nos supieron aconsejar y hacer experimentar la presencia de Jesús el Buen Pastor, el que siempre está dispuesto a darlo todo», agregan.
Texto del comunicado
Querido Pedro:
El 3 de noviembre del 2015, fiesta de San Martín de Porres, nos enteramos que por Gracia de Dios y voluntad del Santo Padre Francisco, eras nombrado Obispo de Zárate-Campana: ¡nuestro Obispo!, aquel que en adelante caminaría junto a nosotros, pastores y laicos, para animar y consolar, para compartir e iluminar a estos tus hijos y hermanos. Llegaste a nosotros con «olor a familia», cosa que nos ayudó a sanar heridas y recomenzar nuestra marcha de peregrinos.
Por esto y mucho más, damos Gracias a Dios por ser Obispo con nosotros. Agradecemos tu sabiduría y tu buen humor, que nos han ayudado a superar juntos las tormentas de nuestras vidas. Tu temple sereno, tu corazón paternal y fraterno, nos supieron aconsejar y hacer experimentar la presencia de Jesús el Buen Pastor, el que siempre está dispuesto a darlo todo.
En estos días, donde tuviste que superar un problema de salud y que gracias a Dios ya es una anécdota, queremos expresar nuestro cariño y cercanía, y renovar nuestro compromiso de ser buenos colaboradores del orden episcopal, fieles a la Santa Iglesia y al Santo Padre, quien en Evangelii Gaudium 67, nos exhorta: «Mientras en el mundo, especialmente en algunos países, reaparecen diversas formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos insistimos en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos «mutuamente a llevar las cargas» (Ga 6,2).
Caminando juntos hacia la celebración de los 50 primeros años de la Diócesis, queremos ser nosotros los que te bendecimos tanto a vos como al Obispo Auxiliar que nos ha regalado el Papa Francisco: Justo Rodríguez Gallego. ¡Sí, los bendecimos! por todo el Bien que hacen, y por ser ejemplo de verdadera comunión episcopal entre ambos.