Cada vez que llueve, la calle Córdoba, entre Dorrego y Alberti, se convierte en un verdadero desafío para los vecinos y la comunidad educativa de la Escuela N° 33. La acumulación de agua tras cada tormenta provoca inundaciones que complican el acceso de estudiantes y docentes al establecimiento, afectando su asistencia y seguridad.
A pesar de los reclamos realizados por los residentes de la zona, hasta el momento no han recibido respuestas positivas de las autoridades competentes. Según advierten los vecinos, el problema se agrava con el paso de los años debido a la falta de obras de infraestructura necesarias para evitar estas situaciones.
“Este es un problema histórico en la cuadra y la situación empeora cada año. La falta de respuesta de las autoridades nos preocupa y ya no sabemos a quién recurrir”, señaló uno de los residentes afectados.