A pesar de la confirmación judicial de la condena, Cristina Fernández de Kirchner no enfrentará prisión, al menos por ahora. La razón radica en una combinación de factores legales y procesales que postergan la ejecución de su sentencia hasta que se agoten todas las instancias de apelación, un proceso que podría extenderse por años.
De acuerdo con el nuevo Código Procesal Penal Federal, cualquier condena se torna ejecutable únicamente cuando se hayan agotado todas las instancias judiciales de revisión. Esto significa que la expresidenta solo podría ser detenida después de que la Corte Suprema revise y confirme la sentencia.
La defensa de la exmandataria anunció que apelará ante este tribunal, lo que añade un paso más en el proceso y retrasa cualquier ejecución de la pena.
Aunque Cristina Kirchner actualmente no posee fueros parlamentarios que le otorguen inmunidad frente a una posible detención, la posibilidad de que sea arrestada sigue siendo lejana. A sus 70 años, Kirchner podría solicitar cumplir la condena en su domicilio en caso de que se confirmara la pena. La legislación argentina permite este tipo de detención domiciliaria para personas mayores de 70 años, un derecho que Fernández de Kirchner podría hacer valer en su defensa.
Por otro lado, la situación de la exmandataria podría complicarse si avanza en el Congreso la ley conocida como «ficha limpia». Este proyecto de ley, actualmente en discusión, impediría que quienes tengan una condena confirmada se postulen a cargos electivos. En caso de ser aprobada, la norma podría impactar directamente en la carrera política de Kirchner, limitando su capacidad de presentarse como candidata en futuras elecciones.