El Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate hizo público un comunicado en el que detalla un conflicto gremial que lleva más de seis meses con la empresa SCC Power Argentina S.A., encargada de operar la termoeléctrica ubicada en la zona de Las Palmas. Según el sindicato, el problema se originó cuando los trabajadores decidieron afiliarse a la organización, lo que derivó en el despido del delegado sindical como presunta medida de represalia.
La justicia laboral ordenó la reinstalación del delegado despedido, al considerar que su desvinculación fue arbitraria y discriminatoria. Sin embargo, el conflicto persiste, ya que la empresa se niega a cumplir con los derechos laborales establecidos en el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) correspondiente a la actividad de generación de energía eléctrica.
Denuncias principales del sindicato
Entre las irregularidades denunciadas, el sindicato destaca:
- Desconocimiento de la libertad sindical: Despido del delegado gremial elegido por los trabajadores.
- Incumplimiento del CCT: Salarios por debajo de lo estipulado y falta de actualización acorde a las paritarias del sector.
- Excesiva carga laboral: Jornadas laborales extendidas y aplicación de la multiplicidad de tareas.
- Falta de diálogo: La empresa habría rechazado solicitudes de reuniones para resolver los conflictos.
El sindicato presentó una denuncia formal ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires para que se inspeccionen los incumplimientos y se apliquen las sanciones correspondientes.
El comunicado también subraya el impacto del conflicto en la comunidad de Zárate y Lima. Según el gremio, SCC Power Argentina S.A. forma parte de un grupo empresarial que administra energía eléctrica dolarizada, mientras paga salarios en pesos y mantiene tarifas que califican como «desproporcionadas».
Desde el sindicato expresaron su intención de continuar con medidas de acción directa, incluyendo marchas y manifestaciones, para visibilizar la problemática y evitar que estas prácticas empresariales persistan. Asimismo, convocaron a otras organizaciones sindicales y vecinos a unirse en defensa de los derechos laborales y comunitarios.
El conflicto, según el Sindicato de Luz y Fuerza, es un ejemplo más de cómo los trabajadores y la comunidad terminan siendo «la variable de ajuste» en un esquema que favorece intereses empresariales.