Dionisia Justa, hija del hacendado Toribio Lima y de Doña Sebastiana Cabrera – propietarios de una fracción de la Estancia Areco – nació el 16 de abril de 1811 en Arrecifes. En 1858 contrajo matrimonio con Florencio Atucha, conformándose con las tierras de ambos una gran propiedad rural de aproximadamente 18.000 hectáreas.
Hacia finales del Siglo XIX se convierte en una terrateniente; producto de herencias y adquisiciones entre sus propiedades figuraban las estancias conocidas como “El Rincón”, “El Paraíso”, “La Justa”, “El Orden”, “San Sebastián” y “San José”. De sus campos salieron 95 animales entregados a la Sociedad Rural Argentina para ser transportada como primera exportación de carne fresca argentina a Europa en el buque “Frigorifique”, en mayo de 1977.
Doña Justa se distinguió por sus obras de beneficencia siendo una de las más destacadas el aporte para la construcción del actual Templo Parroquial consagrado a Nuestra Señora del Carmen. La Parroquia de Zárate fue creada por auto de fecha 27 de junio de 1854; en ese mismo año comienza a levantarse el Templo con mejores materiales pero aún con una construcción precaria cercana a los antiguos oratorios. El mismo estaba emplazado en la esquina de Rivadavia y 3 de Febrero donde hoy está el Banco Nación. Su constructor fue el maestro albañil Francisco Graciarena.
En los años 1866-1867 la iglesia debió sufrir refacciones de consideración ya que se había rajado la torre, encarando la municipalidad la demolición y reconstrucción de la misma y del revoque exterior. Ambas tareas fueron confiadas al albañil Francisco Lanata, vecino que tuvo a su cargo también la construcción del Colegio de Varones bajo la dirección del ingeniero Arning.
De todos modos, el templo de 1854 continuaba siendo precario y pequeño para una población creciente y pujante hacia fin de siglo. En 1872 se menciona que el mismo carecía de pisos de baldosas, retablo en el altar mayor y en los colaterales y baptisterio. Todo esto determinó que en el año 1878 Doña Justa Lima de Atucha se ofrezca a construir a su costa la nueva iglesia.
En una nota dirigida al arzobispo de Buenos Aires Dr. Federico Aneiros fechada el 20 de noviembre de 1878, la señora de Atucha explicaba su decisión de la siguiente manera: “Que tengo la firme resolución de hacer construir un nuevo templo en el pueblo de Zárate, con el loable pensamiento de hacer una obra de caridad y filantropía, como también teniendo en vista que la Iglesia que existe actualmente en dicho pueblo es muy pequeña para su población , aparte de estar construida en barro y tan malísima que promete muy poca duración…”
Falleció en su casona de Suipacha Nº 50 de la ciudad de Buenos Aires el 14 de febrero de 1899 y sus restos descansan en la bóveda familiar en el Cementerio de la Recoleta. Legó su cuantiosa fortuna a Don Florencio Atucha, hijo menor de su esposo quien inició en la zona un importante movimiento de colonización imprimiendo notable impulso a la agricultura. Sin embargo, el testamento otorgado por la dama fue cuestionado por sus sobrinos Lima dando origen a un largo y resonado juicio que concluyó convalidando la última disposición de la voluntad de aquélla.
Manuel José de la Torre, autoridad municipal del momento acepta el ofrecimiento, comprometiéndose a obtener el terreno aunque la situación financiera del municipio no fuera la mejor.
La Municipalidad en su sesión del 6 de diciembre de 1878 cedió el terreno para levantar el templo, en la esquina de las actuales calles Justa Lima de Atucha y Belgrano, el que estuvo finalizado luego de un año de tareas. Su inauguración se realizó el 26 de abril de 1880 con la presencia del arzobispo de Buenos Aires, Dr. Aneiros, quien procedió a bendecirlo. Fueron padrinos Justa Lima de Atucha y su sobrino Juan E. Moris.
[FUENTE: Era una vez… Zárate – Arqs. Baccino / Sorolla. Buenos Aires, 1997]