El goleador de Racing Club de Avellaneda, Adrián “Maravilla” Martínez, visitó este lunes una la Unidad 41 de Campana donde brindó una charla motivacional para cerca de un centenar privados de libertad, a los que animó a salir adelante a pesar de cualquier adversidad.
Martínez se refirió a su infancia, a su familia, su paso por la cárcel como detenido y de su experiencia en el fútbol, todo, tratando de llegar a cada uno con un mensaje alentador, asegurándoles que si se lo proponen puede insertarse nuevamente a la vida cotidiana, una vez que logren su libertad: “Como me pasó a mí que pude recuperar mis sueños y hacerlos realidad”.
El futbolista acercó un mensaje de superación, dando cuenta que es posible reinsertarse a la vida en sociedad una vez obtenida la libertad. “Para ello es necesario tener perseverancia y sacrificio, y saber aprovechar las herramientas que pueden adquirir durante el tiempo de encierro, como los aprendizajes en oficios, estudios secundarios, terciarios o universitarios”, aconsejó.
El evento se llevó a cabo en la Unidad 41 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en el marco de las actividades tratamentales en contexto de encierro que promueve la gobernación de Axel Kicillof a través de Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que conduce Juan Martín Mena.
“Nada fue fácil” – agregó- quien recién a los 23 años se metió de lleno en el fútbol cuando aprovechó su chance en Defensores Unidos de Zárate, luego continuó su camino por el ascenso y pasó a Atlanta. Más adelante llegó el momento de emigrar al Paraguay, donde se destacó en Sol de América, Libertad y Cerro Porteño.
Después estuvo un año en el Coritiba de Brasil y una vez que regresó a la Argentina acentuó su gran faena en Instituto de Córdoba, donde marcó 18 goles y dio 9 asistencias en 41 partidos.
La fe y la religión, entre el contenido compartido
En la charla el futbolista instó a los internos a acercarse a Dios, a tener fe porque “hay una vida mejor para los que creen en el camino de Dios, a mí me llegó una Biblia cuando estuve una vez en buzones y ahí descubrí la palabra de Dios e invertí esos siete meses que estuve encerrado para conocer a Dios”, les contó “y ahí conocí los mandamientos que si los cumplimos seguro seremos mejores personas”.
“Ustedes qué tipo de personas querrían como novio o esposo de sus hijas”, les preguntó. “Bueno, eso mismo deben ser ustedes, una buena persona, un buen esposo, un buen hijo, eso que desean para su hija es lo que deben tratar de ser”.
“Apuesten a la fe, porque la fe es sobrenatural y los puede ayudar a cumplir aquello que tanto desean, recuerden que Dios tiene un propósito para todos nosotros”, agregó.
La charla se realizó en un auditorio preparado para recibir al deportista nacido en la localidad de Campana, donde llegó acompañado por el pastor religioso Juan Carlos Chevriau.
Los números del goleador
Maravilla, de 32 años, se destaca en el Racing Club de Avellaneda, donde recientemente se consagró campeón de la copa Sudamericana, torneo del que fue el máximo anotador con 10 goles y lleva 30 en la temporada en 48 partidos lo que lo convierte en el máximo goleador del momento en Argentina.
Adrián nunca hizo inferiores, ya que luego de pasar un periodo de siete meses detenido justamente en una cárcel de Campana, recién llegó de forma regular al fútbol profesional con 23 años, siendo muy particular su historia, ya que además tiene movilidad reducida en su brazo derecho por un accidente de moto cuando era más joven, lo que siempre le dificultó pasar la aptitud física al fichar para alguna institución. Y previo al fútbol y a su breve espacio de detención había trabajado como recolector de basura y albañil.
Estuvieron presentes en la charla el jefe del Complejo Penitenciario Campana, Mario Clementi; el director de la Unidad 41 Claudio Simonetti; la Coordinadora General de Educación, Cultura y Deportes Patricia Marra y los profesores de educación física Edgardo “Pepy” Sanabria y Maximiliano Mazzuca, entre otras autoridades y personal penitenciario.
Maravilla estuvo detenido siete meses en 2014 en la Unidad 21 Campana acusado de un delito, del que luego fue absuelto.