José Luis Cabezas dejó una marca imborrable en la historia del fotoperiodismo argentino. A 28 años de su asesinato en Pinamar, su legado sigue vivo en cada imagen que capturó con su cámara.
El crimen que conmocionó al país
En la madrugada del 25 de enero de 1997, Cabezas regresaba de una fiesta en la casa del empresario Oscar Andreani cuando fue interceptado por un grupo liderado por Gustavo Prellezo, oficial de la Policía Bonaerense. Minutos después, su cuerpo fue hallado calcinado dentro de un Fiat 147 en las cercanías de General Madariaga. Tenía las manos esposadas y dos disparos en la cabeza.
La investigación reveló que el asesinato fue ordenado por Alfredo Yabrán, un poderoso empresario del sector postal y logístico, quien buscaba vengarse de Cabezas por haberlo fotografiado y exponer su imagen en la tapa de la revista Noticias en marzo de 1996. La fotografía rompió el hermetismo que rodeaba a Yabrán y lo puso en el centro de acusaciones por corrupción y vinculaciones con el poder político.
Los responsables y sus destinos
En octubre de 2000, el juicio determinó la responsabilidad de la banda criminal «Los Horneros», liderada por Gregorio Ríos bajo las órdenes de Yabrán. Sin embargo, con el paso de los años, la mayoría de los condenados recuperó la libertad.
Por su parte, Alfredo Yabrán nunca fue juzgado, ya que se suicidó en 1998 cuando la justicia se acercaba a él. Sin embargo, su muerte dejó más interrogantes que certezas sobre las redes de poder que protegieron a los responsables.