La Justicia Federal de Campana ordenó una nueva detención en la causa por la que ya fue condenado a prisión el youtuber uruguayo Yao Cabrera. Los ilícitos que se le imputan al controvertido influencer ocurrieron en dos viviendas que alquilaba, a través de un tercero, en el barrio náutico San Marco, de la localidad de Ingeniero Maschwitz.
A fines del año pasado, la Cámara Federal de Casación Penal desestimó el recurso presentado por la defensa del youtuber uruguayo Marcos Ernesto Cabrera Rodríguez (28), conocido como Yao Cabrera, confirmando su condena a cuatro años de prisión.
La sentencia, emitida por el Tribunal Oral Federal Nº3 de San Martín, lo declaró culpable de los delitos de trata de personas con fines de explotación sexual y reducción a la servidumbre. Ante esta resolución, la querella solicitó su inmediata detención, que hasta ahora sigue pendiente.
Los ilícitos que se le imputan al controvertido influencer ocurrieron en dos viviendas que alquilaba, a través de un tercero, en el barrio náutico San Marco, de la localidad de Ingeniero Maschwitz. Su estadía en ese country, aunque duró dos años, resultó de lo más problemática.
Por la misma causa antes mencionada, la Justicia Federal de Campana acaba de solicitar la detención de otro integrante de la “Mansión WiFi”, como llamaban a la vivienda principal y base de operaciones donde se desempeñaban Cabrera y su equipo.
Fama, influencia y manipulación
Con sus posteos en redes sociales, para 2020 el joven uruguayo capitalizó una impactante cifra de seguidores: más de 25 millones, en su mayoría, chicos de entre 5 y 14 años que seguían desde hace tiempo sus andanzas, en las que hacía bromas de mal gusto (incluidas simulaciones de muerte y de secuestros) y retos.
Durante su estadía en el barrio San Marco, en apenas un año Yao Cabrera acumuló numerosos conflictos -incluyendo una fiesta clandestina en plena cuarentena y una disputa abierta con el intendente Ariel Sujarchuk- y varias causas en su contra por delitos tales como abuso sexual, corrupción de menores, parafilia y trata de personas. Una de ellas la interpuso en octubre de 2020 el manager de medios Jorge Zonzini ante el juez federal porteño Ariel Lijo.
Otras denuncias las hicieron la ex diseñadora gráfica Giovanna De Mitole y los ex editores Mariano Fernández y Joaquín Apesteguía, empleados de la organización Viral/WiFi, que era liderada por el influencer. La causa que llegó a juicio recayó en el juzgado federal de Campana, a cargo del juez Adrián González Charvay, quien le prohibió la salida del país y le impuso un millonario embargo.
El expediente, caratulado como “trata de personas con fines de explotación sexual, laboral y reducción a la servidumbre”, se resolvió ante el Tribunal Oral Federal Nº3 de San Martín, integrado por los jueces Nada Flores Vega, Daniel Gutiérrez y Walter Venditti, que el jueves 25 de abril condenaron a Cabrera a cuatro años de prisión efectiva.
Según explicó Zonzini en ese momento, él y los ex empleados de Cabrera presentaron en el juicio “material probatorio suficiente respecto de sistemas de multiestafas a niños vulnerables y a sus padres, abusos sexuales, corrupción y facilitación de la prostitución a menores de edad”, además de indicios de eventual “venta de estupefacientes en eventos y teatros”.
La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal ratificó el fallo el pasado 27 de noviembre.
Pedido de detención
En las últimas horas, el Juzgado Federal de Campana, a cargo del juez Adrián González Charvay, ordenó la detención de Nathanael Jesús Castro Barbitta, presunto integrante de la “Mansión WiFi», señalado como posible autor de otros abusos aún no denunciados por las víctimas.
La investigación de este caso contó con la participación del fiscal de género de Escobar, Cristian Fabio, junto al Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de Personas Damnificadas por el Delito de Trata, el cuerpo médico forense y la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
A través de las distintas pruebas recolectadas, se constató la captación y traslado de menores al barrio San Marcos de Ingeniero Maschwitz, donde presuntamente eran abusados.
A pesar del pedido de detención que pesa sobre Castro Barbitta, se especula que el imputado se encontraría prófugo en la vecina república oriental del Uruguay.
Se espera que este nuevo avance en la causa permita esclarecer los hechos y brindar justicia a las víctimas de este entorno que operaba con impunidad bajo la fachada de la “Mansión WiFi”.