A una de las víctimas amenazaron con cortarle un dedo; terminó con una fractura, trasladada al Hospital Austral. Otra fue golpeada y arrastrada por las escaleras de su casa hasta la habitación principal para que marcara dónde estaba la caja fuerte. A otras las mantuvieron retenidas y aterrorizadas, a punta de pistola. Ocurrió la noche del viernes pasado en el Club de Campo Lago de Manzanares, de Pilar, que fue copado durante al menos dos horas por un grupo comando que irrumpió en tres casas para someter a sus moradores, robarles y escapar con dinero y joyas, entre otros objetos de valor.
Fuentes de la investigación y a partir del testimonio de un vecino que estuvo en contacto con las víctimas de los robos en el barrio cerrado de la localidad pilarense, un predio de 180 hectáreas con unas 20 casas que tiene una particularidad: los propietarios del terreno se presentaron en quiebra, proceso que tramita ante el Juzgado en lo Comercial N°3 de la Capital Federal, a cargo del juez Jorge Sicoli. Esa circunstancia, sostienen quienes viven en los lotes ya edificados, frenó el desarrollo del emprendimiento, lo que impide, entre otros asuntos, disponer de un mejor servicio de seguridad privada.
La noche de terror para los vecinos comenzó a las 21.30 cuando el grupo comando irrumpió en el club de campo. Los delincuentes, que habían llegado en una camioneta, redujeron al joven que se encarga del control de ingreso de propietarios y visitantes y a la persona que recorre el country en auto como medida de prevención. Ambos fueron golpeados y reducidos por los delincuentes. Durante dos horas fueron privados de su libertad en el interior de la casilla de seguridad que está en la entrada del barrio privado.
Con el club de campo a su merced, los delincuentes robaron tres casas. Actuaron con mucha violencia. A las víctimas las amenazaron de muerte. En una de las propiedades sorprendieron al hijo de los dueños cuando comía un asado con tres amigos. Les robaron todo.
A un joven de 21 años le advirtieron que le cortarían un dedo si no hacía lo que le exigían. Lo golpearon en la cabeza y sufrió una fractura. Terminó internado en un hospital.
“Los delincuentes se dividieron en grupos para ingresar en las casas y sorprender a sus ocupantes. Todo fue con mucha violencia. La irrupción de los delincuentes en Club de Campo Lago de Manzanares duró dos horas. Los ladrones se fueron en la camioneta en la que habían llegado por el mismo lugar por donde ingresaron”, contó el vecino al tanto del golpe. Los asaltantes cubrían sus rostros con pasamontañas para evitar que pudieran ser identificados.
A una mujer, los ladrones la golpearon y la arrastraron de los pelos hasta la habitación de la planta alta, convencidos de que allí tenía una caja fuerte donde guardaba dinero. También golpearon a su hijo.
Un vecino llegó al barrio en medio del robo. Cuando cruzó el portón, el joven que se encarga del control de acceso y salida de vehículos lo saludó con la mano, pero de forma antinatural. Después sabría que fue así porque un ladrón le clavaba el caño de un arma de fuego en la espalda y lo amenazaba para que no hiciera ningún movimiento extraño.
Ese mismo vecino pasó por la casa donde las víctimas fueron sorprendidas cuando cenaban un asado. Le pareció extraño lo mal estacionada que estaba una camioneta. Después se enteró de que era el vehículo en que se movilizaban los ladrones.
Una vez que los delincuentes huyeron, las víctimas hicieron la denuncia en el Destacamento Policial Manzanares de la policía bonaerense. La investigación quedó a cargo del fiscal de Pilar Raúl Casal.
[FUENTE: LA NACION]