El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) difundió una nueva actualización de su “Mapa del Arsénico” y ubicó a Zárate dentro de los distritos bonaerenses que presentan concentraciones de entre 10 y 50 ppb, rango clasificado como precaución. En el informe, las cabeceras departamentales afectadas fueron destacadas en negrita, entre ellas Zárate.

El arsénico es un elemento químico de origen natural, presente en sedimentos volcánicos y capas geológicas antiguas. A diferencia de otros contaminantes, no se detecta por olor, sabor ni color: puede estar presente aun cuando el agua parece limpia. Su impacto en la salud depende de la dosis y del tiempo de exposición. El consumo prolongado de agua con niveles elevados puede ocasionar alteraciones en la piel, problemas digestivos y, en exposiciones crónicas, enfermedades más complejas como el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), una condición históricamente reportada en varias regiones del país.

En el caso de Zárate, el informe del ITBA no lo ubica dentro de los niveles más altos de la provincia, pero sí señala la necesidad de completar estudios específicos para evaluar con precisión la calidad del agua que consumen los vecinos, especialmente en zonas abastecidas por pozos domiciliarios, perforaciones individuales o sistemas no centralizados. El abastecimiento por red pública suele contar con controles periódicos, pero el relevamiento subraya que las fuentes privadas requieren atención sostenida.
Las recomendaciones generales para la comunidad incluyen realizar análisis periódicos si se utiliza agua de pozo, priorizar fuentes controladas o sistemas de filtrado certificados, y mantenerse informados sobre los resultados locales que dependan de estudios oficiales.
