A pesar de las restricciones producto de la pandemia desatada por el Coronavirus, muchas personas se niegan a acatarlas, organizan fiestas clandestinas y reuniones sociales, implicando de esa manera un riesgo en este contexto epidemiológico.
El viernes pasado, en barrio España cerca de las 21:00; un vecino denunció a la DPU que se estaba desarrollando una «fiesta clandestina» al notar que había muchos automóviles estacionados en un domicilio y música a alto volumen. Finalmente, un móvil policial se acercó al lugar y desarticuló la fiesta; la cual se trataba de un cumpleaños.
En la medianoche de ese mismo viernes, en inmediaciones de calle Soler y Paso, intervinieron cuatro móviles policiales debido a una aglomeración de personas quienes estaban en un comercio tipo «bar» que no contaba con habilitación para funcionar como tal. En ese sentido al notar la presencia de los uniformados, decidieron apagar las luces del bar y se negaron a salir. Finalmente se les secuestró tres motos que estaban mal estacionadas sobre la vereda.
En tanto que el sábado, en el monoblock 2 del barrio Fonavi estaba en pleno desarrollo otra fiesta clandestina y cerca de las 6 de la mañana, agentes de la DPU dieron intervención aunque las personas se negaron a salir del departamento, apagaron las luces y bajaron el volumen de la música.
Finalmente en la medianoche del sábado, en calle 115 y Camino Viejo a Baradero, los agentes de la DPU arribaron al lugar, se entrevistaron con el propietario de la vivienda y accedió a bajar la música aunque no era una fiesta, se trataba de una reunión social con seis personas quienes decidieron desconcentrar.