La provincia de Buenos Aires es protagonista de la agenda mediática nacional por un tema triste: en Dolores se lleva adelante el juicio a los ocho rugbiers señalados como los responsables de la muerte de Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en otro municipio bonaerense como es Villa Gesell, durante los primeros días del 2020. En ese contexto, el gobernador provincial Axel Kicillof no se mostró indiferente y aportó su mirada del caso.
«Desde que ocurió fue todo un espanto», afirmó el mandatario provincial en una entrevista con El Destape, en la que no profundizó sobre el proceso judicial y dejó en manos de los tribunales federales de Dolores la condena que deben recibir los acusados, que conocerán el veredicto el próximo 6 de febrero.
Más allá del caso, el Gobernador llamó a la reflexión de la sociedad. «Independientemente de cómo terminen las condenas, e independientemente de acompañar a la familia en el dolor, hay que hacer todo lo que se debe hacer a nivel de sociedad para que esto no ocurra nunca más», dijo.
Y se corrió del rol de político para pasar al rol de padre al revelar que el caso le genera «todas las pesadillas juntas» ya que su hijo mayor está cerca de la edad que tenía Fernando Báez Sosa cuando fue asesinado en el balneario provincial.
Cabe recordar que al momento del ataque Axel Kicillof llevaba poco más de un mes como gobernador, rol que asumió el 10 de diciembre de 2019. En aquel momento también se había referido al caso y había señalado que «el Gobierno de la provincia ha acompañado a familiares de la víctima», además de pedirle a la Justicia que «actúe muy rápidamente sobre los responsables».
Tres años más tarde, la causa llegó a juicio oral y público y los ocho acusados enfrentan una posible condena de reclusión perpetua, según lo requerido por los fiscales de la causa, Juan Manuel Dávila y Gustavo García, como así también por los abogados de la familia encabezados por Fernando Burlando.