La alfabetización financiera es el conocimiento y las habilidades en el ámbito de las finanzas, los impuestos, que una persona necesita para tomar decisiones competentes y económicamente eficaces.
La alfabetización financiera de la población en su conjunto es la clave de la estabilidad y el desarrollo financieros, por lo que este tema tiene una importancia estratégica a nivel del Estado.
El desarrollo de esta área ya está en las escuelas e incluso en los jardines de infancia, y no es el menor papel en este proceso el que desempeñan los bancos.
Le recomendamos que preste atención a este sitio conveniente, que puede hacer que el cálculo del impuesto sobre la renta. Sólo tiene que introducir sus datos financieros y el impuesto se calculará en cuestión de segundos.
Mejorar los conocimientos financieros: ¿por dónde empezar?
Hay algunas reglas básicas que le permitirán mejorar sus conocimientos financieros y, por tanto, su patrimonio.
- Acumule un colchón de seguridad. Se trata de su fondo de emergencia personal, una reserva para emergencias. La mayoría de los expertos coinciden en que se necesitan al menos entre 3 y 6 presupuestos mensuales «en reserva». Es decir, en caso de pérdida del empleo, una persona debe tener ahorros suficientes para al menos seis meses de vida sin fuentes de ingresos. Cuanto mayor sea el importe del colchón, mejor. Lo principal es que cualquier ahorro debe comenzar con la formación de un colchón de seguridad. Te contamos más sobre ello aquí.
- Mantén un presupuesto mensual. Si tiene la sensación de que todos sus ingresos se destinan a las necesidades cotidianas y no puede ahorrar dinero, empiece a llevar un presupuesto.
- Anota todos tus gastos diarios. Puedes utilizar un bloc de notas, una hoja de cálculo Excel o una aplicación móvil especial para este fin. Anotando tus gastos cada día durante unas semanas o meses, podrás encontrar los «agujeros negros» de tu presupuesto: gastos inútiles pero habituales que pueden abandonarse o, al menos, reducirse.
Empieza a planificar tus gastos. Hay varias formas de planificarlo. Por ejemplo, puedes «categorizar» tu presupuesto mensual y establecer límites para cada categoría. Esto también es beneficioso porque puedes comprar alimentos para una semana cada vez. Todo el mundo sabe que esto es mucho más económico que ir a la compra todos los días.
Aprende a planificar a largo plazo. Un presupuesto mensual y un plan de gastos son sólo el principio. El siguiente paso es planificar a uno o varios años vista. Por supuesto, no hace falta que planifiques la compra con décadas de antelación. Pero si quieres reservar dinero para un gasto importante en el futuro -la compra de un coche, el pago inicial de una hipoteca o un gran viaje-, tienes que hacer un plan de ingresos y ahorros. Hablamos de cómo hacer un plan financiero personal en este artículo.
Cambia tu actitud ante las compras. Aprende a luchar contra las compras impulsivas. Si quieres comprar algo que no estaba en tus planes, tómate un descanso de al menos 24 horas. Durante este tiempo podrás valorar con sobriedad si realmente lo necesitas.